Pero hace un año el Ministerio de Interior y Justicia (MIJ) emitió una resolución en la que eliminaba dichas cooperativas. En medio de ese tira y encoge han proliferado las empresas 'chimbas'.
Alberto Aguilar, presidente de la Cámara de Vigilancia Privada, capítulo Miranda, admitió que han librado una lucha titánica, pero, pese a los esfuerzos, no han podido controlar la situación, y cada día se activa más 'personal de seguridad' que actúa al margen de la Ley.
'Toda empresa de vigilancia debería tener su registro mercantil, permisos del MIJ, seguro de vida, de hospitalización, contra accidentes, incendios y robo para los empleados, y estar al día con el Instituto Nacional de Prevención Salud y Seguridad Laborales (Inpsasel)', detalló Aguilar. Expresó su preocupación por el alto índice de rotación del personal.
'En esas 13 empresas ilegales cambian a los vigilantes hasta 9 veces al año, generando desconfianza entre quienes solicitan el servicio'.
Aguilar subrayó que 'las empresas de seguridad para contratar personal deben someter a los aspirantes a exámenes físicos y psicológicos; y si los pasan deben asistir a cursos de inducción de seguridad y recibir adiestramiento en manejo de armamento'.
Exhortan a las empresas que requieran de los servicios de compañías de vigilancia privadas para que pidan el permiso de funcionamiento que les otorga el MIJ cuando se constituyen, 'mucha gente no sabe esto y por eso proliferan las empresas chimbas', agregó el presidente de la Cámara de Vigilancia Privada mirandina.
BIEN REMUNERADOS
Un vigilante privado puede redondearse al mes BsF 1 mil 600 (Bs. 1 millón 600).
Esto incluye un salario básico que supera al mínimo, bono nocturno, horas extras, cestaticket de BsF 11, 70 (BsF 11 mil 700).
Les pagan el día de descanso, aguinaldos de acuerdo con la antigüedad del empleado. Es recomendable para las empresas de seguridad verificar la nómina ante el Cicpc, Disip para garantizar un personal de calidad a la hora de prestar el servicio de protección.
